Atisbos de luz en EEUU traen esperanza a la economía mundial
Washington, 27 mar (EFE).- Los atisbos de recuperación de EEUU han infundido una nueva esperanza en la economía mundial y, por tanto, en la próxima cumbre del G20, aunque esta reactivación sólo será realidad si la banca se recupera de su profunda crisis.
El entorno está cambiando lentamente, como muestra la evolución del índice Dow Jones, el principal indicador de Wall Street que, en lo que va de mes ha subido casi un 11 por ciento, impulsado por los bancos, algunos de los cuales han informado de beneficios pese a estar en el ojo del huracán de la crisis.
Además, en febrero, hubo señales de estabilización del consumo en la mayor economía del mundo, Estados Unidos, donde además la construcción puso fin a 18 meses de caídas con un rebote de más del 22 por ciento, también el mes pasado.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, habló de "brotes verdes" en algunos mercados financieros el pasado 15 de marzo y de una "moderación" del declive económico.
"Hemos comenzado a ver una consolidación de la confianza en los bancos. Han aparecido las señales de un giro", dijo a Efe William Cline, un experto del Instituto de Economía Internacional.
El optimismo no es generalizado, sin embargo, y por cada dato positivo hay otro aciago, desde el comercio mundial hasta la inversión, que están en retirada.
"Hay ciertamente algunas notas positivas... pero son números preliminares, basados en un mes de datos", dijo la pasada semana un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió no ser identificado.
Ese organismo prevé que la actividad económica mundial se reduzca en entre un 0,5 y un 1 por ciento en el 2009, lo que marcará la primera contracción en 60 años.
Lo peor podría haber pasado ya, sin embargo. El Fondo estima que el PIB mundial se contrajo un 5 por ciento en el último trimestre del año pasado, una cifra sin precedentes.
"La recesión será bastante mala este año, pero la mayoría de los pronósticos prevén una recuperación mundial el próximo", dijo Cline.
Los factores que la impulsarán son los grandes estímulos fiscales en Estados Unidos y China, y las bajísimas tasas de interés a nivel mundial.
Aún así, se prevé que el desempleo siga en alza incluso si las bolsas repuntan, pues las contrataciones típicamente van por detrás de los acontecimientos económicos.
Además, al salir del agujero, Estados Unidos no dará necesariamente un tirón decidido del resto del mundo, como en el pasado.
"No preveo que Estados Unidos vuelva a la dinámica de un déficit creciente por cuenta corriente", dijo Joshua Feinman, economista jefe de Deutsche Bank Advisors.
Ese déficit indicaba la voracidad de los estadounidenses en el consumo de productos hechos en el extranjero, pero la crisis les han vuelto frugales de la noche a la mañana y el ahorro se ha disparado, en vista de la riqueza que han perdido con la caída de los valores inmobiliarios y bursátiles.
Feinman está, junto con Bernanke, en el bando de los optimistas y cree que Estados Unidos crecerá un 2 por ciento en el primer trimestre del 2010.
Sin embargo, existe una condición indispensable para el repunte: que se restablezca el funcionamiento normal del sistema financiero. "Limpiar los balances de los bancos es esencial", dijo Feinman.
Mientras estén manchados de activos vinculados a hipotecas de mala calidad no querrán ni podrán extender más créditos y se mantendrá la nube de desconfianza en torno a ellos, según los expertos.
Por ello, mucho depende del plan que anuncie el Gobierno de Estados Unidos en las próximas semanas para liberarles de esa carga.
Mientras, en los países emergentes las alarmas son un zumbido constante en los tímpanos de los ministros de finanzas.
Para ellos "colocar bonos en los mercados internacionales es muy, muy difícil", dijo Claudio Loser, ex director del departamento de América Latina en el FMI.
El maremoto financiero ha llegado a sus costas en forma de una salida drástica de capital, en muchos casos porque los bancos matriz repatrían el dinero de sus filiales, lo que ha drenado los mercados domésticos, en un momento en que los internacionales no están dispuestos a extender créditos a muchas compañías de los países en desarrollo.
"El bajón económico está comenzando a remitir, pero aún quedan días difíciles por delante", resumió el funcionario del FMI.
fuente. http://www.finanzas.com
El entorno está cambiando lentamente, como muestra la evolución del índice Dow Jones, el principal indicador de Wall Street que, en lo que va de mes ha subido casi un 11 por ciento, impulsado por los bancos, algunos de los cuales han informado de beneficios pese a estar en el ojo del huracán de la crisis.
Además, en febrero, hubo señales de estabilización del consumo en la mayor economía del mundo, Estados Unidos, donde además la construcción puso fin a 18 meses de caídas con un rebote de más del 22 por ciento, también el mes pasado.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, habló de "brotes verdes" en algunos mercados financieros el pasado 15 de marzo y de una "moderación" del declive económico.
"Hemos comenzado a ver una consolidación de la confianza en los bancos. Han aparecido las señales de un giro", dijo a Efe William Cline, un experto del Instituto de Economía Internacional.
El optimismo no es generalizado, sin embargo, y por cada dato positivo hay otro aciago, desde el comercio mundial hasta la inversión, que están en retirada.
"Hay ciertamente algunas notas positivas... pero son números preliminares, basados en un mes de datos", dijo la pasada semana un alto funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió no ser identificado.
Ese organismo prevé que la actividad económica mundial se reduzca en entre un 0,5 y un 1 por ciento en el 2009, lo que marcará la primera contracción en 60 años.
Lo peor podría haber pasado ya, sin embargo. El Fondo estima que el PIB mundial se contrajo un 5 por ciento en el último trimestre del año pasado, una cifra sin precedentes.
"La recesión será bastante mala este año, pero la mayoría de los pronósticos prevén una recuperación mundial el próximo", dijo Cline.
Los factores que la impulsarán son los grandes estímulos fiscales en Estados Unidos y China, y las bajísimas tasas de interés a nivel mundial.
Aún así, se prevé que el desempleo siga en alza incluso si las bolsas repuntan, pues las contrataciones típicamente van por detrás de los acontecimientos económicos.
Además, al salir del agujero, Estados Unidos no dará necesariamente un tirón decidido del resto del mundo, como en el pasado.
"No preveo que Estados Unidos vuelva a la dinámica de un déficit creciente por cuenta corriente", dijo Joshua Feinman, economista jefe de Deutsche Bank Advisors.
Ese déficit indicaba la voracidad de los estadounidenses en el consumo de productos hechos en el extranjero, pero la crisis les han vuelto frugales de la noche a la mañana y el ahorro se ha disparado, en vista de la riqueza que han perdido con la caída de los valores inmobiliarios y bursátiles.
Feinman está, junto con Bernanke, en el bando de los optimistas y cree que Estados Unidos crecerá un 2 por ciento en el primer trimestre del 2010.
Sin embargo, existe una condición indispensable para el repunte: que se restablezca el funcionamiento normal del sistema financiero. "Limpiar los balances de los bancos es esencial", dijo Feinman.
Mientras estén manchados de activos vinculados a hipotecas de mala calidad no querrán ni podrán extender más créditos y se mantendrá la nube de desconfianza en torno a ellos, según los expertos.
Por ello, mucho depende del plan que anuncie el Gobierno de Estados Unidos en las próximas semanas para liberarles de esa carga.
Mientras, en los países emergentes las alarmas son un zumbido constante en los tímpanos de los ministros de finanzas.
Para ellos "colocar bonos en los mercados internacionales es muy, muy difícil", dijo Claudio Loser, ex director del departamento de América Latina en el FMI.
El maremoto financiero ha llegado a sus costas en forma de una salida drástica de capital, en muchos casos porque los bancos matriz repatrían el dinero de sus filiales, lo que ha drenado los mercados domésticos, en un momento en que los internacionales no están dispuestos a extender créditos a muchas compañías de los países en desarrollo.
"El bajón económico está comenzando a remitir, pero aún quedan días difíciles por delante", resumió el funcionario del FMI.
fuente. http://www.finanzas.com
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