Llega el bebé «cosmético» Se empieza seleccionando el sexo o alguna característica física de los hijos para esquivar enfermedades hereditarias
ANNA GRAU NUEVA YORK Miércoles, 04-03-09
Se empieza seleccionando el sexo o alguna característica física de los hijos para esquivar enfermedades hereditarias... ¿y se acaba pariendo a la carta niños rubios de ojos azules o pelirrojas de ojos verdes? ¿Dónde está el límite? En Estados Unidos aún no se han recuperado del nacimiento de los octillizos de California y ya tienen que enfrentarse a la posibilidad de que el primer año nazca en Los Angeles el primer «bebé a la carta».
Será en la sede de Fertility Institutes, una cadena de centros en cuya web ondean no sólo la bandera americana sino también la francesa, la alemana y la china y que ofrece el programa de selección de género de los embriones humanos más exitoso del mundo, «revolucionario» según la revista «Newsweek». Lo que hacen se llama diagnóstico genético de preimplantación; consiste en analizar una célula de cada embrión e implantar en el útero de la madre sólo aquellos que están libres de «contraindicaciones». Lo que pasa con los embriones contraindicados es una de las fuentes de polémica sobre esta tecnología.
Y sin embargo todo el mundo está de acuerdo cuando es para prevenir malformaciones o enfermedades hereditarias; por ejemplo se puede elegir tener un niño libre de fibrosis quística o incluso con mayor riesgo de padecer un determinado tipo de cáncer. Lo inquietante es dar el paso del imperativo médico al «cosmético» -en la misma clínica lo llaman así- y darlo descaradamente, sin ningún disimulo.
El doctor Jeffrey Steinberg, director del Fertility Institute, lo tiene claro: «Yo vivo en Los Angeles y aquí todo el mundo quiere tener la nariz perfecta y los pómulos altos y están encantados de pagar por hacerse la cirugía estética».
Más guapos e inteligentes
Pero la cirugía estética por lo menos la elige uno mismo y la selección cosmética prenatal viene impuesta, algo que remueve viejos fantasmas de selección racial, aunque los seleccionadores sean los padres de la criatura y crean actuar con todo el amor del mundo. Hay quien teme que se estén poniendo las bases de un mundo de hiperdiscriminación, donde los ricos paguen por tener hijos más altos, más guapos y más inteligentes que los pobres.Practican el diagnóstico genético de preimplantación: analizan una célula del embrión e implantan sólo aquellos sin «contraindicaciones»Embriones de diseño
¿Puede llegar a ser eso posible? El genetista médico William Kearns explicó el año pasado ante la Sociedad América de Genética Humana que había encontrado la manera de extraer suficiente ADN de una célula para identificar «miles» de características de un embrión humano. Steinberg tomó nota y ahora Kearns está escandalizado: le acusa de servirse de sus técnicas no para tener bebés más sanos sino más de diseño. «El color de los ojos no es una enfermedad», denuncia. Pioneros del diagnóstico genético de preimplantación como Mark Hughes temen que esta deriva ponga en peligro «una tecnología que muchas parejas necesitan para la salud de su hijo».
Pero Steinberg sigue adelante, con el argumento de que todo lo que se puede hacer se acaba haciendo, entonces, ¿por qué van ellos a quedarse atrás? Sobre todo cuando por cada proceso de selección cobran 18.000 dólares (14.329 euros). El servicio se ofrece desde diciembre pero hasta ayer no trascendió que alguien ya lo haya comprado. El primer nacimiento está programado para 2010.
Sólo se hace una concesión a los críticos: la oferta no está abierta a todos los padres sino sólo a aquellos que ya requerían preselección genética por algún otro motivo. Es como quien se opera la nariz por problemas respiratorios y aprovecha para retocarse el perfil.
fuente: http://www.abc.es
Se empieza seleccionando el sexo o alguna característica física de los hijos para esquivar enfermedades hereditarias... ¿y se acaba pariendo a la carta niños rubios de ojos azules o pelirrojas de ojos verdes? ¿Dónde está el límite? En Estados Unidos aún no se han recuperado del nacimiento de los octillizos de California y ya tienen que enfrentarse a la posibilidad de que el primer año nazca en Los Angeles el primer «bebé a la carta».
Será en la sede de Fertility Institutes, una cadena de centros en cuya web ondean no sólo la bandera americana sino también la francesa, la alemana y la china y que ofrece el programa de selección de género de los embriones humanos más exitoso del mundo, «revolucionario» según la revista «Newsweek». Lo que hacen se llama diagnóstico genético de preimplantación; consiste en analizar una célula de cada embrión e implantar en el útero de la madre sólo aquellos que están libres de «contraindicaciones». Lo que pasa con los embriones contraindicados es una de las fuentes de polémica sobre esta tecnología.
Y sin embargo todo el mundo está de acuerdo cuando es para prevenir malformaciones o enfermedades hereditarias; por ejemplo se puede elegir tener un niño libre de fibrosis quística o incluso con mayor riesgo de padecer un determinado tipo de cáncer. Lo inquietante es dar el paso del imperativo médico al «cosmético» -en la misma clínica lo llaman así- y darlo descaradamente, sin ningún disimulo.
El doctor Jeffrey Steinberg, director del Fertility Institute, lo tiene claro: «Yo vivo en Los Angeles y aquí todo el mundo quiere tener la nariz perfecta y los pómulos altos y están encantados de pagar por hacerse la cirugía estética».
Más guapos e inteligentes
Pero la cirugía estética por lo menos la elige uno mismo y la selección cosmética prenatal viene impuesta, algo que remueve viejos fantasmas de selección racial, aunque los seleccionadores sean los padres de la criatura y crean actuar con todo el amor del mundo. Hay quien teme que se estén poniendo las bases de un mundo de hiperdiscriminación, donde los ricos paguen por tener hijos más altos, más guapos y más inteligentes que los pobres.Practican el diagnóstico genético de preimplantación: analizan una célula del embrión e implantan sólo aquellos sin «contraindicaciones»Embriones de diseño
¿Puede llegar a ser eso posible? El genetista médico William Kearns explicó el año pasado ante la Sociedad América de Genética Humana que había encontrado la manera de extraer suficiente ADN de una célula para identificar «miles» de características de un embrión humano. Steinberg tomó nota y ahora Kearns está escandalizado: le acusa de servirse de sus técnicas no para tener bebés más sanos sino más de diseño. «El color de los ojos no es una enfermedad», denuncia. Pioneros del diagnóstico genético de preimplantación como Mark Hughes temen que esta deriva ponga en peligro «una tecnología que muchas parejas necesitan para la salud de su hijo».
Pero Steinberg sigue adelante, con el argumento de que todo lo que se puede hacer se acaba haciendo, entonces, ¿por qué van ellos a quedarse atrás? Sobre todo cuando por cada proceso de selección cobran 18.000 dólares (14.329 euros). El servicio se ofrece desde diciembre pero hasta ayer no trascendió que alguien ya lo haya comprado. El primer nacimiento está programado para 2010.
Sólo se hace una concesión a los críticos: la oferta no está abierta a todos los padres sino sólo a aquellos que ya requerían preselección genética por algún otro motivo. Es como quien se opera la nariz por problemas respiratorios y aprovecha para retocarse el perfil.
fuente: http://www.abc.es
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